CLAUSTRO DE PROFESORES DEL
I.E.S. "GABRIEL ALONSO DE HERRERA" CONSIDERACIONES SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA RELIGIÓN Extraído de la web de GAIGAN |
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El documento que se reproduce a continuación fue
propuesto por Adolfo Domínguez, Juan Francisco González,
Antonio Martínez y Ángel Parrón (orden alfabético
del primer apellido) al claustro del I.E.S. "Gabriel Alonso de Herrera"
de Talavera de la Reina. Tras un agitado debate de dos horas, resultó
aprobado, el 17 de noviembre de 1999, por 23 votos a favor, 18 votos en
contra y cuatro votos en blanco. Con respecto a la enseñanza de la religión (católica) en los centros públicos, así como a las "asignaturas" alternativas destinadas a los alumnos que no cursan aquélla (Sociedad, cultura y religión en la E.S.O. y en 1º de BTO., Actividad alternativa en 2º de BTO.), el claustro de profesores del I.E.S. "Gabriel Alonso de Herrera", eleva las siguientes consideraciones: Nuestra constitución de 1978 está comprometida con los valores enunciados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, que consagra como inalienables la libertad de conciencia, la libertad religiosa y la no discriminación en función de las creencias religiosas. Un derecho fundamental como éste sólo queda salvaguardado en un estado escrupulosamente aconfesional. La aconfesionalidad práctica del actual estado español, recogida en el texto constitucional, queda seriamente comprometida por el artículo que permite los pactos con el Vaticano y por las leyes que emanan de estos acuerdos, concretamente en lo que se refiere a la enseñanza de la religión. -No es propio de un estado aconfesional que el profesorado de religión católica sea pagado con los fondos públicos destinados a educación. -No es propio de un estado aconfesional que los alumnos que no cursan religión católica queden como rehenes durante esa hora, obligados a someterse a una "alternativa". -No es propio de un estado aconfesional que con los fondos públicos se pague igualmente a otros profesores, también ellos rehenes, para que se ocupen de la guardería de alumnos durante la hora de religión católica. -Lo propio de un estado aconfesional es garantizar a todos el libre ejercicio de sus creencias religiosas. Las diferentes "catequesis" deberían hacerse en las parroquias, en las mezquitas, en las sinagogas, etc., en un mundo cada día más plural en materia de religiones que conviven en nuestra nación, cada una de ellas financiada por sus propios fieles, y sin secuestrar ni comprometer el tiempo y la libertad de los demás. Sabemos que lo expuesto arriba, que parece del todo razonable, queda invalidado por varias sentencias del tribunal supremo. No tenemos más remedio, pues, si queremos atenernos a la legalidad vigente, que resignarnos a impartir esa llamada "alternativa a la religión". A la hora de hacerlo, nos encontramos con nuevas sorpresas: La Resolución 20456 (B.O.E. de 6 de septiembre de 1995), que fija los contenidos de la "asignatura" llamada Sociedad, cultura y religión, se presenta con un sesgo muy marcado, potenciando los planteamientos creyentes frente a los agnósticos y ateos. Se aprecia con claridad la preferencia por el credo católico frente a otras iglesias cristianas y a otras religiones. Sólo se citan las religiones monoteístas tradicionales en occidente. Del paganismo, tan importante en nuestra cultura, así como de las religiones orientales, de las precolombinas en América, de las prácticas animistas, etc., no se dice absolutamente nada. En algún lugar de la mencionada resolución se lee: "...adquisición de hábitos de solidaridad y tolerancia..."; "...consolidar la madurez personal, social y moral que permita a los alumnos actuar de manera responsable y autónoma..." Mal se puede conseguir todo esto si se sigue la programación de la "asignatura" tal y como aparece en el anexo de la resolución. Se trata de una asignatura de religión, sin lugar a dudas, cuando se debería hacer una lectura laica de los derechos humanos, de la constitución y de los gravísimos problemas que tiene hoy en día planteados la humanidad. El claustro de profesores se manifiesta ante las autoridades académicas competentes para que se revisen los contenidos tendenciosos de la asignatura Sociedad, cultura y religión. E insta a toda la comunidad educativa para que, a través del consejo escolar, se manifieste en este mismo sentido. Por otra parte, el claustro se manifiesta también ante la opinión pública, las instituciones y los partidos con representación parlamentaria reclamando la plena aconfesionalidad del estado y la eliminación, por tanto, de la enseñanza de la religión (y sus alternativas) en los centros públicos. E insta a toda la comunidad educativa, a través del consejo escolar, para que haga oír su voz y se impulse la necesaria reforma legislativa. El Claustro de Profesores. Talavera de la Reina, 17 de noviembre de 1999.
Extraído de la web de GAIGAN Su web es una de las más activas, sin duda, en la lucha por la laicidad y el respeto a la ley. Juan Francisco González Barón desde estas líneas te damos las gracias por tu labor. |
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