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El Anticristo
Maldición sobre el Cristianismo (F.Nietzsche) Selección de Stella Accorinti Extraído de: F.
Nietzsche en castellano
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Prólogo
Las condiciones en las que se me comprende, y luego se me comprende por necesidad, - yo las conozco muy exactamente. Hay que ser honesto hasta la dureza en cosas del espíritu incluso para soportar simplemente mi seriedad, mi pasión. Hay que estar entrenado en vivir sobre las montañas - en ver por debajo de sí la miserable charlatanería actual acerca de la política y del egoísmo de los pueblos. Hay que haberse vuelto indiferente, hay que no preguntar jamás si la verdad es útil, si se convierte en una fatalidad para alguien... Una predilección de la fuerza por problemas para los que hoy nadie tiene valor; el valor de lo prohibido; la predestinación al laberinto. Un experiencia hecha de siete soledades. Oídos nuevos para una música nueva. Ojos nuevos para lo más lejano. Una conciencia nueva para verdades que hasta ahora han permanecido mudas. Y la voluntad de economía de gran estilo: guardar junta la fuerza propia, el entusiasmo propio... El respeto a sí mismo; el amor a sí mismo; la libertad incondicional frente a sí mismo... ¡Pues bien! Sólo ésos son mis lectores, mis verdaderos lectores, mis lectores predestinados: ¿qué importa el resto? - El resto es simplemente la humanidad. - Hay que ser superior a la humanidad por fuerza, por altura de alma, - por desprecio... Friedrich Nietzsche - Mirémonos a la cara. Nosotros somos hiperbóreos, -sabemos muy bien cuán aparte vivimos. Ni por tierra ni por agua encontrarás el camino que conduce a los hiperbóreos; ya Píndaro supo esto de nosotros. Más allá del norte, del hielo, de la muerte - nuestra vida, nuestra felicidad... Nosotros hemos descubierto la felicidad, nosotros sabemos el camino, nosotros encontramos la salida de milenios enteros de laberinto. ¿Qué otro la ha encontrado? - Acaso el hombre moderno? Yo no sé qué hacer; yo soy todo eso que no sabe qué hacer - suspira el hombre moderno. De esa modernidad hemos estado enfermos, - de paz ambigua, de compromiso cobarde, de toda la virtuosa suciedad propia del sí y el no modernos. Esa tolerancia y largeur de corazón que perdona todo porque comprende todo es scirocco para nosotros. ¡Preferible vivir en medio del hielo que entre virtudes modernas y otros vientos del sur!... Nosotros fuimos suficientemente valientes, no tuvimos indulgencia ni con nosotros ni con los demás; pero durante largo tiempo no supimos a dónde ir con nuestra valentía. Nos volvimos sombríos, se nos llamó fatalistas. Nuestro fatum - era la plenitud, la tensión, la retención de las fuerzas. Estábamos sedientos de rayo y de acciones, permanecíamos lo más lejos posible de la felicidad de los débiles, de la resignación... Había en nuestro aire una tempestad, la naturaleza que nosotros somos se entenebrecía - pues no teníamos ningún camino. Fórmula de nuestra felicidad; un sí, un no, un línea recta, una meta... 2 ¿Qué es bueno? - Todo lo que eleva el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo en el hombre. ¿Qué es malo? - Todo lo que procede de la debilidad. ¿Qué es felicidad? - El sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia queda superada. No apaciguamiento, sino más poder; no paz ante todo, sino guerra; no virtud, sino vigor (virtud al estilo del Renacimiento, virtù, virtud sin moralina). Los débiles y malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres. Y además se debe ayudarlos a perecer. ¿Qué es más dañoso que cualquier
vicio? - La compasión activa con todos los malogrados y débiles
- el cristianismo... No que reemplazará a la humanidad en la serie de los seres es el problema que yo planteo con esto (- el hombre es un final -); sino que tipo de hombre se debe criar, se debe querer, como tipo más valioso, más digno de vivir, más seguro de futuro. Ese tipo más valioso ha existido ya con bastante frecuencia: pero como caso afortunado, como excepción nunca como algo querido. Antes bien, justo él ha sido lo más temido, él fue hasta ahora casi lo temible; - y por temor se quiso, se crió, se alcanzó el tipo opuesto; el animal doméstico, el animal de rebaño, el animal enfermo hombre, - el cristiano... 4 La humanidad no representa una evolución hacia algo mejor, o más fuerte, o más alto, al modo como hoy se cree eso. El progreso es meramente una idea moderna, es decir, una idea falsa. El europeo de hoy sigue estando, en su valor, profundamente por debajo del europeo del Renacimiento; una evolución posterior no es sin más, por una necesidad cualquiera, una elevación, una intensificación, un fortalecimiento. [...] 5 Al cristianismo no se le debe adornar ni engalanar: él ha hecho una guerra a muerte a ese tipo superior de hombre, él ha proscrito todos los instintos fundamentales de ese tipo, él ha extraído de esos instintos por destilación, el mal, el hombre malvado, - el hombre fuerte considerado como hombre típicamente reprobable, como hombre réprobo. El cristianismo ha tomado, partido por todo lo débil, bajo malogrado, ha hecho un ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la vida fuerte; ha corrompido la razón incluso de las naturalezas dotadas de máxima fortaleza espiritual al enseñar a sentir como pecaminosos, como descarriadores, como tentaciones, los valores supremos de la espiritualidad. ¡El ejemplo más deplorable - la corrupción de Pascal, el cual creía en la corrupción de su razón por el pecado original, siendo así que sólo estaba corrompida por su cristianismo! - 10 Entre alemanes se me comprende en seguida cuando yo digo
que la filosofía está corrompida por sangre de teólogos.
El párroco protestante es el abuelo de la filosofía alemana,
el protestantismo mismo, su peccatum originale. Definición del
protestantismo: la hemiplejía del cristianismo - y de la razón...
Basta pronunciar la palabra Seminario [Stift] de Tübinger
para comprender qué es en el fondo la filosofía alemana
- una filosofía artera... Los suabos son los mejores mentirosos
en Alemania, mienten inocentemente... ¿A qué se debió
el júbilo que, al aparecer Kant, recorrió el mundo de los
doctos alemanes, compuesto en sus tres cuartas partes por hijos de párrocos
y de maestros -, a qué el convencimiento alemán, que aún
hoy sigue encontrando eco, de que con Kant comienza un giro hacia algo
mejor? El instinto de teólogo existente en el docto alemán
adivinó qué es lo que, a partir de ese momento, volvía
a ser posible... Un camino fortuito hacia el viejo ideal quedaba abierto,
el concepto mundo verdadero, el concepto de la moral como
esencia del mundo (- ¡los dos errores más malignos que existen!)
volvían a ser ahora, gracias a un escepticismo ladinamente inteligente,
si no demostrables, tampoco ya refutables... La razón, el derecho
de la razón no llega tan lejos... Se había hecho de la realidad
una apariencia; y se había hecho de un mundo completamente
mentido, el de lo que es, la realidad. El éxito de Kant es meramente
un éxito de teólogos: Kant fue, lo mismo que Lutero, lo
mismo que Leibniz, una rémora más en la honestidad alemana,
nada firme de suyo - - Allí donde, de alguna forma, la voluntad de poder decae, hay también siempre un retroceso fisiológico, una décadense. La divinidad de la décadense, castrada de sus virtudes e instintos más viriles, se convierte necesariamente, a partir de ese momento, en Dios de los fisiológicamente retrasados, de los débiles. Ellos no se llaman a sí mismos los débiles, ellos se llaman los buenos... Se entiende, sin que sea necesario siquiera señalarlo, en que instantes de la historia resulta posible la ficción dualista de un Dios bueno y de un Dios malvado. Con el mismo instinto con que los sometidos rebajan a su Dios haciendo de él el bien en sí, borran completamente del Dios de sus vencedores las buenas cualidades; toman venganza de sus señores transformando en diablo al Dios de éstos. - El Dios bueno, lo mismo que el diablo: ambos engendros de la décadense. - ¿Cómo se puede hoy seguir haciendo tantas concesiones a la simpleza de los teólogos cristianos, hasta el punto de decretar con ellos que es un progreso el desarrollo ulterior del concepto de Dios, desarrollo que lo lleva desde Dios de Israel, desde Dios de un pueblo, al Dios cristiano, a la síntesis de todo bien? - Pero hasta Renan hace eso. ¡Como si Renan tuviera derecho a la simpleza! A los ojos salta, sin embargo lo contrario. Cuando del concepto de Dios quedan eliminados los presupuestos de la vida ascendente, todo lo fuerte, valiente, señorial, orgulloso, cuando Dios va rebajándose paso a paso a ser símbolo de un bastón para cansados, de un ancla de salvación para todos los que se están ahogando, cuando se convierte en Dios-de-las-pobres-gentes, en Dios-de-los-pecadores, en Dios-de-los-enfermos par excellence, y el predicadosalvador, redentor, es lo que resta, por así decirlo, como predicado divino en cuanto tal: ¿de qué habla tal transformación?, ¿tal reducción de lo divino? - Ciertamente con esto el reino de Dios se ha vuelto más grande. En otro tiempo Dios tenía únicamente su pueblo, su pueblo elegido. Entre tanto, al igual que su pueblo mismo, él marchó al extranjero, se dio a peregrinar, desde entonces no ha permanecido ya quieto en ningún lugar: hasta que acabó teniendo su casa en todas partes, el gran cosmopolita, - hasta que logró tener de su parte el gran número y media tierra. Pero el Dios del gran número el demócrata entre los dioses, no se convirtió, a pesar de todo, en un orgulloso Dios de los paganos: ¡siguió siendo judío, siguió siendo el Dios de los rincones, el Dios de todas las esquinas y lugares oscuros, de todos los barrios insalubres del mundo entero!... Su reino del mundo es, tanto antes como después, un reino del submundo, un hospital, un reino-subterráneo, un reino-ghetto... Y el mismo tan pálido, tan débil, tan décadent... De él se enseñorearon hasta los más pálidos de los pálidos, los señores metafísicos, los albinos del concepto. Estos estuvieron tejiendo alrededor de él su telaraña todo el tiempo preciso, hasta que hipnotizado por sus movimientos, él mismo se convirtió en una araña, en un metaphysicus. A partir de ese momento él tejió a su vez la telaraña del mundo sacándola de sí mismo - sub specie Spinozae -, a partir de ese momento se transfiguró en algo cada vez más tenue y más pálido, se convirtió en un ideal, se convirtió en un espíritu puro, se convirtió en un absolutum, se convirtió en cosa en sí... Ruina de un Dios: Dios se convirtió en cosa en sí... 43 Cuando se coloca el centro de gravedad de la vida no en
la vida, sino en el más allá - en la nada, -
se le ha quitado a la vida como tal el centro de gravedad. La gran mentira
de la inmortalidad personal destruye toda razón, toda naturaleza
existente en el instinto, - a partir de ahora todo lo que en los instintos
es beneficioso, favorecedor a la vida, garantizador del futuro, suscita
desconfianza. Vivir de tal modo que ya no tenga sentido vivir, eso es
lo que ahora se convierte en el sentido de la vida... ¿Para
qué ya el sentido de comunidad, para que la gratitud a la ascendencia
y a los antepasados, para qué colaborar, confiar, para qué
favorecer y tener en cuenta algún bien general?... Todas esas cosas
son tentaciones, todas esas cosas son desviaciones del camino
recto - una sola cosa es necesaria... En cuanto alma
inmortal, cada uno tiene idéntico rango que cualquier otro,
en el conjunto de todos los seres la salvación de cada
individuo tiene derecho a reclamar una importancia eterna, pequeños
santurrones, y locos en sus tres cuartas partes, tienen derecho a imaginarse
que, en razón de ellos, las leyes de la naturaleza son transgredidas,
de modo constante - nunca se estigmatizará con bastante desprecio
semejante intensificación hasta lo infinito, hasta lo impúdico,
de toda especie de egoísmo. Y, sin embargo, el cristianismo debe
su victoria a esa deplorable adulación de la vanidad personal -con
ella es con la que ha persuadido a seguirle cabalmente a todos los malogrados,
a todos los hombres de sentimientos rebeldes, a los fracasados, a todos
los desechos y escorias de la humanidad. La salvación del
alma - dicho claramente: el mundo gira alrededor de mí...
El veneno de la doctrina idénticos derechos para todos
- es el cristianismo el que lo ha diseminado de modo más radical:
desde los más escondidos rincones de los instintos malos el cristianismo
ha hecho una guerra a muerte a todo sentimiento de respeto y de distancia
entre los hombres, es decir, al presupuesto de toda elevación,
de todo crecimiento de la cultura, - con el resentimiento de las masas
ha forjado su arma capital contra nosotros, contra todos los seres aristocráticos,
joviales, generosos, que hay en la tierra, contra nuestra felicidad en
la tierra... [...] - El aristocratismo de los sentimientos ha sido socavado
de la manera más subterránea por la mentira de la igualdad
de las almas; y si la creencia en el privilegio de los más
hace y hará revoluciones, ¡es el cristianismo no se dude
de ello, son los juicios cristianos de valor los que toda revolución
no hace más que traducir en sangre y crímenes! El cristianismo
es una rebelión de todo lo que se-arrastra-por-el-suelo contra
todo lo que tiene altura: el evangelio de los viles envilece...
- ¿Se ha entendido de verdad la famosa historia que está al comienzo de la Biblia, - acerca de la angustia infernal de Dios frente a la ciencia?... No se la ha entendido. Ese libro sacerdotal par excellence comienza, como es obvio, con la gran dificultad interna del sacerdote: éste tiene un único peligro grande, por consiguiente Dios, tiene un único peligro grande.- El viejo Dios, todo él espíritu,
todo él sumo sacerdote, todo él perfección, se pasea
por su jardín placenteramente: sólo que se aburre. Contra
el aburrimiento luchan en vano incluso los dioses. ¿Qué
hace? Inventa al hombre, - el hombre es algo entretenido... Pero he aquí
que también el hombre se aburre. El apiadamiento de Dios por la
única molestia que en sí tienen todos los paraísos
no conoce límites: pronto creó también otros animales.
Primer fallo de Dios: el hombre no encontró entretenidos a los
animales, - los dominaba, no quería siquiera ser un animal.
- Por consiguiente, Dios creó a la mujer. Y de hecho, ahora el
aburrimiento se terminó - ¡pero también se terminaron
otras cosas! La mujer fue el segundo fallo de Dios. - La mujer es,
por su esencia, serpiente, Eva- esto lo sabe todo sacerdote; de
la mujer viene todo el infortunio al mundo - esto lo sabe asimismo
todo sacerdote. Por consiguiente también la ciencia viene
de ella... Sólo a través de la mujer llegó
el hombre a gustar del árbol del conocimiento. - ¿Qué
había ocurrido? Al viejo Dios lo invadió una angustia infernal.
El hombre mismo había sido su máximo fallo. Dios se había
creado un rival, la ciencia hace iguales a Dios. - ¡se han terminado
los sacerdotes y los dioses si el hombre se vuelve científico!
- Moraleja: la ciencia es lo prohibido en sí, - ella es lo único
prohibido. La ciencia es el primer pecado, el germen de todo pecado, el
pecado original. La moral no es más que esto. - No conocerás:
- el resto se sigue de ahí. - La angustia infernal de Dios no le
impidió ser listo. ¿Cómo defenderse de la ciencia?,
ése fue durante largo tiempo su principal problema. Respuesta:
¡fuera del Paraíso el hombre! La felicidad, la ociosidad
inducen a tener pensamientos, - todos los pensamientos son pensamientos
malos... El hombre no debe pensar. - Y el sacerdote en sí
inventa la indigencia, la muerte, el peligro mortal del embarazo, toda
especie de miseria, vejez, fatiga, sobre todo la enfermedad, - simples
medios en la lucha con la ciencia! La indigencia no le permite al hombre
pensar... Y, ¡pese a todo!, ¡algo espantoso! La obra del conocimiento
se alza cual una torre, asaltando el cielo, trayendo el crepúsculo
de los dioses, - ¡qué hacer! - El viejo Dios inventa la guerra,
separa los pueblos, hace que los hombres se aniquilen mutuamente (los
sacerdotes han tenido siempre necesidad de la guerra...). La guerra .
¡entre todas las cosa una gran perturbadora de la paz de la ciencia!
- ¡Increíble! Pese a las guerras, el conocimiento, la emancipación
con respecto al sacerdote, aumenta. - Y al viejo Dios se le ocurre una
última decisión: el hombre se ha vuelto científico
- no queda otro remedio, ¡hay que ahogarlo!... El cristianismo es también antitético
de toda buena humana constitución espiritual, - sólo puede
utilizar como razón cristiana la razón enferma, toma partido
por todo lo idiota, lanza una maldición contar el espíritu,
contra la superbia del espíritu sano. Dado que la enfermedad forma
parte de la esencia del cristianismo, también el estado de ánimo
típicamente cristiano, la fe, tiene que ser una forma
de enfermedad todos los caminos derechos, honestos, científicos
del conocimiento tienen que ser rechazados por la Iglesia como caminos
prohibidos. Ya la duda es un pecado... La falta completa de limpieza psicológica
en el sacerdote - que se delata en su mirada - es un fenómeno consecutivo
de la décadence, - obsérvese en las mujeres histéricas
y por otro lado, en los niños de constitución raquítica
la regularidad con que la falsedad por instinto, el placer de mentir por
mentir, la incapacidad de mirar y caminar de frente son expresiones de
décadence. Fe significa no-querer-saber lo que es verdadero.
El pietista, el sacerdote de ambos sexos es falso porque está enfermo:
su instinto exige que en ningún punto la verdad obtenga su derecho.
Lo que pone enfermo es bueno; lo que viene de la plenitud, de la
sobreabundancia, del poder, es malvado: ése es el modo de
sentir del creyente. La no-libertad de mentira. - en eso adivino a todo
teólogo predestinado. - Otro rasgo distintivo del teólogo
es su incapacidad para la filología. Por filología debe
entenderse aquí, en un sentido muy general, el arte de leer bien,
- el poder leer hechos sin falsearlos con interpretaciones, sin perder,
por afán de comprender, la precaución, la paciencia, la
sutileza. Filología como ephexis en la interpretación: trátese
de libros, de novedades periodísticas, de destinos o de hechos
meteorológicos, - para no hablar de la salvación del
alma... El modo como el teólogo, lo mismo en Berlín
que en Roma, interpreta una palabra de la Escritura o un acontecimiento,
una victoria del ejercito de su patria, por ejemplo, a la luz superior
de los salmos de David, es siempre tan audaz, que un filólogo,
al ver eso se sube por las paredes. ¡Y qué hará cuando
los pietistas y otras vacas de Suabia atavían esa mísera
cotidianeidad y esa habitación llena de humo que es su existencia
con el dedo de Dios, y la trasforma en un milagro de gracia,
de providencia, de experiencia de salvación!
Un dispendio, por modestísimo que fuera, de espíritu, para
no decir de decencia, tendría que hacer ver a esos interpretes,
sin embargo, la infantilidad e indignidad de tal abuso de la prestidigitación
divina. Si tuviéramos en el cuerpo cierta cantidad, aunque fuera
muy pequeña de piedad, un Dios que nos cura a tiempo del resfriado,
o que nos hace subir al coche en el preciso instante en que se desencadena
el aguacero, debería ser para nosotros un Dios tan absurdo, que,
aunque existiese, habría que eliminarlo. Un Dios como criado, como
cartero, como calendario, - en el fondo, una palabra para designar la
especie más estúpida de todas las casualidades... La divina
providencia, tal como continúa creyendo hoy en ella aproximadamente
una tercera parte de la Alemania culta, sería una objeción
tan fuerte contra Dios, que no se la podría imaginar mayor. ¡Y
en todo caso, es una objeción contra los alemanes!... LEY CONTRA EL CRISTIANISMO Dada en el día de la salvación, en el día primero del año uno (-el 30 de septiembre de 1888 de la falsa cronología) Guerra A Muerte Contra El Vicio: El Vicio Es El Cristianismo ARTÍCULO PRIMERO: Viciosa es toda especie de contranaturaleza. La especie más viciosa de hombre es el sacerdote: el enseña la contranaturaleza. Contra el sacerdote no se tienen razones se tiene presidio. ARTÍCULO SEGUNDO: Toda participación en un servicio divino es un atentado contra la moralidad pública. Se será mAs duro contra los protestantes que contra los católicos, mAs duro contra los protestantes liberales que contra los protestantes ortodoxos. Lo que hay de criminal en el ser-cristiano crece en la medida en que uno se aproxima a la ciencia. El criminal de los criminales es, por consiguiente, el filosofo. ARTÍCULO TERCERO: El lugar maldito en que el cristianismo ha encovado sus huevos de basilisco será arrasado, y, como lugar infame de la tierra, constituirá el terror de toda la posteridad. En El se criarán serpientes venenosas. ARTÍCULO CUARTO: La predicación de la castidad es una incitación publica a la contranaturaleza. Todo desprecio de la vida sexual, toda impurificación de la misma con el concepto de impuro es el autentico pecado contra el espíritu santo de la vida. ARTÍCULO QUINTO: Comer en la misma mesa con un sacerdote le hace quedar a uno expulsado: con ello uno se excomulga a sí mismo de la sociedad honesta. El sacerdote es nuestro chandala, - se le proscribirá, se lo hará morir de hambre, se lo echará a toda especie de desierto. ARTÍCULO SEXTO: A la historia sagrada se la llamará con el nombre que merece, historia maldita; las palabras Dios, redentor, santo, se las empleará como insultos como divisas para los criminales. ARTÍCULO SÉPTIMO: El resto se sigue de aquí. El Anticristo Friedrich Nietzsche Trad. Sánchez Pascual de Alianza Editorial |
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Extraído de: F. Nietzsche en castellano |
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