Manda la Santa Madre Iglesia,
que los curas son los pastores del rebaño.
Y se lo toman muy a pecho, tanto,
que en cuanto se les escapa
una oveja a otro rebaño,
no veas como se enfadan
Señor cura confieso que he pecado
y es por eso que ahora me arrepiento
lo hice contra el sexto mandamiento
jodiendo con el cura de aquí al lado.
Además, por si es
un agravante,
lo hicimos de pié, en ese espacio
que xiste entre púpito y estante
donde arde la vela a San Pancracio.
¿Buen sitio por
Dios, que no sabía!
dijo el cura echándole un sermnón,
reza un credo y un avemaría
y en cuanto se presente otra ocasión
de qeue quiereas de nuevo fornicar,
recuerda: ¡Soy el cura titular!.
Por Fauno 48.
Extraído integramente de:
http://www.rincondepoesia.com/ver_poesia.phtml?cod=166977
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