Desolación, silencio, sangre y lodo,
sobre la vastedad de un continente,
con la furia ancestral que en el oriente
nace, crece y abarca casi todo.
Vivir, sufrir,
llorar del mismo modo,
siglo a siglo con rabia incontinente...
la marca de Caín sobre la frente
y la huella de Dios van codo a codo.
Llora Jesusalem
que se aproxima
El clarín al lugar de Har Megido,
donde el mundo ha de ser estremecido
cuando el pie del
Señor quiebre la cima...
Besa el muro Israel que tu alma gima
porque el tiempo pactado se ha cumplido.
KARIM
Extraido
integramente de: http://es.geocities.com/librosliterarte
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