Si Dios, tú
soberano de la muerte,
quisiste reposar en su mortaja
y aún pediste al Padre la ventaja,
si era su voluntad, cambiar tu suerte...
¿A título de que ya estando
inerte
la fría muerte en mí doble se encaja?
¿Y a cambio dime, quien quien te agasaja,
o quien viendo el milagro se convierte?
Si tres días ande libre del mundo
en celestial paisaje nacarino
residenciada el alma en lo divino
¿Por qué tu voluntad en un
segundo
me devuelve dos veces moribundo
dos veces a catar tan agrio vino?
KARIM
Extraído integramente de: http://es.geocities.com/librosliterarte/rimando.htm
|