Muy cerca de mi ocaso
Yo te bendigo vida
porque nunca me diste
ni esperanza fallida
ni trabajos injustos
ni pena inmerecida.
Porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto
de mi propio destino
que si extraje la miel
y la hiel de las cosas
fue porque en ellas
puse hiel y mieles sabrosas
cuando sembré rosales
coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías
va a seguir el invierno
más tú no me dijiste
que mayo fuese eterno
hallé sin duda
largas las noches de mis penas
más no me prometiste
tú sólo noches buenas.
Ame, fui amado
el sol acarició mi faz
vida, nada me debes
vida, estamos en paz.
Olga Franco Jaime.