Ser Ateo es palabra de
victoria
que rompe mentiras y me aparta
del pozo de la angustia y me levanta
para emprender por mi la trayectoria.
La vida que se imprime
en la memoria
y se dona, gratuita, en la mirada
libera del abismo de la nada
y perfuma recordándome la historia.
Ser Ateo me deja a cielo
abierto
un infinito mirándome a los ojos
la vida que prefiero estar despierto.
Volando por encima del
despojo
que los curas hurtan al hambriento,
aun sabiendo que dios no tiene rostro.
Por
A. Ángel Judas S.
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