¿Qué crees que siendo ateo desvivo con mi prosa o mis versos sentimientos?
No fui yo quien te dijo que ese agua y ese río que no existe fueran frescos.
Si ese agua que te dieron es corrupta no me culpes de tu sed, soy sincero.
Mira a quien con provecho venda el agua, como pura, cristalina, siendo incierto.
Yo no te quito la sed, ni aunque quisiera puedo, eres tu libre, por fin, de buscar el arroyuelo.
Por A. Ángel Judas S.
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