Acerca la mano a tu pecho de creyente
y medita esa fe que llevas dentro,
alza tu mirada al cielo, fijamente
y dime si tu ves lo que yo veo.
Veo un infinito universo cierto,
y una Luna que nos mira sonriente
e ilumina con su luz, eso creo,
una senda virgen para el hombre.
Y otra luz que desprende algún lucero
si te dejas llevar más al norte,
e incita la esperanza entre nosotros
de aventuras distintas por el cielo,
¿lo ves como yo aun siendo ateo?...
y pensar que igual no estamos solos.
Por
A. Ángel Judas S.
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